En defensa de los funcionarios

Una de las cualidades que históricamente más han fastidiado a los Políticos es la independencia de los Funcionarios Públicos, los cuales, una vez obtenido su Puesto de Trabajo a través de los correspondientes Concursos, celebrados bajo las premisas de igualdad, mérito y capacidad, lo ocupan de forma inamovible, salvo, claro está, la aplicación del Régimen Disciplinario con resultado de falta grave o muy grave, que puede terminar con la sanción de separación del servicio.

Con la intención de doblegar a los Funcionarios Públicos se han diseñado múltiples estrategias, que van desde el abuso de la contratación laboral -en la que la amenaza del despido es más fácil de llevar a la práctica, sin olvidar los EREs, ahora tan de moda-, los puestos de libre designación -en los que si te mueves, dejas de salir en la foto-, o algo tan de moda, como las comisiones de servicio -en la que se permanece sine die siempre que demuestres tus dotes de docilidad-. Sin olvidar otro tipo de intento de compra venta, como productividades, gratificaciones, formación, etc., a las que se accede arbitrariamente, en base a criterios de afinidad con el Gestor de turno…

Pero a pesar de ello, y de los recortes económicos y sociales con que nos premian todos los Políticos… -insistimos, todos- los Empleados Públicos en general seguimos fieles a nuestra independencia, y sobre todo, seguimos fieles al cumplimiento de la Ley y a la Defensa de los Servicios e Intereses Públicos, que como Servidores de los mismos que somos, nos corresponden.
En d
Quién no ha tenido que sufrir la esperpéntica situación de tener que decirle a algún superior “eso usted me lo ordena por escrito, porque sino no lo hago…” como única defensa ante mandatos y/o instrucciones de dudosa legalidad… Y que pocos de esos Gestores han reiterado el mandado y/o instrucción por escrito…

(Comunicado de USO-CSIC)

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