InteresantÃsimas reflexiones de Dan Luu sobre cómo los productos tecnológicos reales no son tan «fáciles» de crear como nos puedan parecer:
«Why’s that company so big? I could do that in a weekend»
De hecho, la humildad y la empatÃa a la hora de valorar lo que hace el prójimo se podrÃa extrapolar a muchos otros campos… Sin ir más lejos, he escuchado a una misma persona menospreciar desde el valor que tiene conseguir un dobrão decente (lo cual entrarÃa dentro del campo de la artesanÃa), hasta el valor de recuperar una grabación de vinilo a CD (campo ingenierÃa de sonido?) o el mérito de que un sitio web aparezca arriba en los buscadores («nada, si eso haciendo unos clicks al dÃa en la web ya sube puestos sólo…») Por suerte, a estas personas la vida le va enseñando que las cosas no son tan fáciles como se creen, y que hay que dar valor al trabajo que hacen los otros (por más que su propia ignorancia les haga creer equivocadamente que son trabajos triviales) En épocas pasadas, cuando no habÃa «máquinas» (ni «programas»), las personas tenÃan una profunda conciencia del valor de la ejecución. Aunque ignoraran los detalles del proceso de creación, eran conscientes del trabajo que habÃa detrás.
En el artÃculo «on controlling your output and getting paid for what you make«, Philip Glass reflexiona sobre la otra parte: dar valor al propio trabajo.