No podÃa parar de pensar en el anuncio del apocalÃpsis que se va desgranando en Watchmen. Yo siempre fuà más de cómics, cómics de segunda mano. En parte tampoco era fácil conseguir otras cosas por el barrio…
El fin del mundo parece cosa de horas. No me da tiempo a hacer grandes reformas, y tampoco tengo una lista de /sueños/caprichos/deseos reprimidos/ pendientes a los que abocarme locamente, como está haciendo la mayorÃa. Me basta con gozarme este cigarillo, mientras pienso en el fin del mundo y yo. Con las pequeñas cosas es fácil achacarse responsabilidades o culpas, llevados por el ego y su afán de protagonismo, a veces mesiánico. El fin del mundo son palabras mayores. Mira que él siempre decÃa: «Salvador, te estás descarriando» Pero no, no puede ser que este mega-marrón galáctico-universal sea culpa mÃa…