«El empresario tialiano que no tenga la base de su imperio en el cemento no tiene esperanza alguna. Es el oficio más simple para ganar dinero en el más breve tiempo posible, adquirir solvencia, contratar personas en el momento propicio para unas elecciones, distribuir salarios, acaparar financieramente, multiplicar el propio rostro en las fachadas de los edificios que se contruyen. El talento del constructor es el del intermediario y el del rapaz».
Roberto Saviano, «Gomorra»
Parece que el Señor de los Ladrillos cuece habas en más de un paÃs…