No oà la puerta, pero el extraño olor que se colaba por la rendija me atrajo hacia ella. HabÃa una pequeña caja, que algún emisario debió de haber dejado allÃ. En la tapa lucÃa una estrella que me resultó curiosamente familiar. Cuando me agaché para verla de cerca, me di cuenta de que ya no habia marcha atras…